
«Las sensibilidades, los sentimientos, el clima vivencia!, aluden al protagonismo hegemónico de las mujeres en estos textos de Ana Lía Glas. Creo que "No me han vencido" no es sólo el anatema de una compulsa con el pasado, sino que el tono desafiante de la autora (¿al final no es su inventada Ana, idéntica y transfigurada a un tiempo, ella misma?) se dirige al futuro. Todas estas historias y sus deslizamientos poéticos, la licencia de haber injertado géneros, los golpes de realismo contextual - de la historia real -, que constituyen la certeza de que las arquitecturas femeninas han resistido, están proyectadas hacia el porvenir. No hay derrota posible, aún en lo sumideros a que nos conduzcan los ciclos aciagos. Hay que celebrar que las ficciones de este texto, conmovedoras, a veces lacerantes, vertebradas en diversas figuraciones femeninas, sean un mensaje para no abdicar.»
Dora Barrancos
«Los textos de Ana Lía Glas translucen un deseo apasionado de que el olvido no derrote a la memoria. Son, a su manera, escritos militantes, y, sin duda, gritos de libertad.
En líneas generales y a trazos gruesos, diría que su literatura es "muy judía': No solamente porque sus personajes lo son en su mayoría, sino porque emanan una suerte de atmósfera melancólica, lúcida y agobiada propia de almas perseguidas, a la par que destacable por su supervivencia e inteligencia en su logro.
Son relatos que merecen ser leídos con la misma vehemencia con que han sido concebidos.»
En líneas generales y a trazos gruesos, diría que su literatura es "muy judía': No solamente porque sus personajes lo son en su mayoría, sino porque emanan una suerte de atmósfera melancólica, lúcida y agobiada propia de almas perseguidas, a la par que destacable por su supervivencia e inteligencia en su logro.
Son relatos que merecen ser leídos con la misma vehemencia con que han sido concebidos.»
Susana Guzner